Todos sabemos que actualmente los miles de empleados municipales estan repartidos entre tres centrales sindicales. Sabemos bien que las mismas están repartidas en diferentes fracciones del peronismo. También sabemos que una de las tres centrales, si bien está «orientada» en un peronismo inclinado a la izquierda, ha sido partícipe y apoyó los sucesivos e injustos aumentos insuficientes hacia los empleados, convalidando así una gestión cuasi «negrera», y dejando a Lanús como uno de los distritos peor pagos de la Provincia. Tambien sabemos que cierta sección peronista, le ha facilitado votos a los mandatos de Grindetti y probablemente lo haga nuevamente, ya que estrechos colaboradores de este dirigente son funcionarios municipales, por más que sus afiches y letreros se encuentren pegados por todas las latitudes -se diche en la jerga, «piantavotos»-. Ante toda esta realidad, los trabajadores municipales y sus respectivas familias, tienen el voto como arma para ser «el verdugo» de esta administración. Nunca como antes, si se pusieran de acuerdo, un candidato a gobernador podría quedarse «sin el pan y sin las tortas».
Si pensamos que cada municipal tiene una familia, que vive en el distrito, menos los funcionarios que viven en CABA, podríamos pensar que son 20 mil votos que podrían desestabilizar una elección y ponerle fin a semejante atropello a los trabajadores. No hace falta una ATE que desfile por la puerta del municipio con todas las filiales del país, aunque bien que con dicho movimento lograron marcar sus diferencias. Se supone que si una persona tuvo desiluciones o no esta de acuerdo con lo conseguido en su vida cotidiana, tiene todo el derecho a votar en contra de aquello que lo perjudico. No deben votar a sus verdugos. El sindrome de Estokolmo es un estado donde el secuestrado se enamora de su victima, que lo encierra, que lo flajela. No creo que un empleado que gane los peores sueldos de la provincia, y un vecino que esta pagando la campaña de independiente, y una campaña a gobernador -que al menos en los dos cinturones con mas gente del conurbano ya esta perdida-, quiera seguir perdiendo «La plata en los burros».