
Si tuvieramos que definir a Juan Carlos Paissak, el concepto sin lugar a dudas sería amplio. Podríamos hablar del vecino comprometido con las instituciones zonales, como por ejemplo, los Bomberos Voluntarios de Lanús Oeste. Como un interesante intelectual, cuyo pensamiento era motivo de consulta de algunos políticos que pasaron por altos cargos municipales. Como militante al trotzkismo, cuyos ideales eran inclaudicables. Como un actor dúctil que trabajó en la Alianza Francesa, y pisó muchos escenarios. Como el comerciante que tuvo en Lanús el videoclub -Las Artes-. El periodismo no le fue ajeno, tuvo una columna de Cine en Vida de Lanús entrados los 90. Ingeniero electrónico, y el creador el ciclo de Cine debate en el Club Peretz, y también de otros lugares. Pero ante todo, un amigo.
Quizá el párrafo de presentación, puede resultar desordenado, pero Juan Carlos fue eso y mucho más. Un escritor prolífico -que escribía en servilletas de papel, en los bares que frecuentaba-, y que luego editaba sus libros mediante la Editorial Amarú, compañía que edita muchas obras literarias de artistas de la zona sur. Cuyas obras eran presentadas aquí y en el exterior. Tuvo el honor de ser presidente de la SADE Lanús, y en la presentación de uno de sus libros como presidente de tal institución asistió -para su sorpresa- el presidente de entonces a nivel nacional de la SADE, el escritor Orlando Guzmán. Después, lo presentó en París, «su lugar en el mundo», su amor.
Los avatares políticos de nuestro país no le fueron ajenos. Tuvo que exiliarse en Francia en los años de dictadura. Siempre contaba la anecdota donde los militares rodean una manzana, matan a todos sus amigos y el se esconde y sobrevive, a pesar que las fuerzas rodearon el lugar por varios días. Luego escapa del país. Dichas anécdotas las narra en su libro de poesías «Cautiverio», obra que presenta en Argentina y Francia.
Tuve el agrado de estar presente en la presentación de su libro posterior, el cual se presentó en el Bar Monserrat, alla por 2012, el ya estaba enfermo, quería presentarlo en la sede de la SADE, y quería que lo acompañara en tamaña aventura, aunque no le dió la vida. Un ser con mucho sentido del humor, mucha entereza, y que es bueno recordar, ya que formó parte de la historia de Lanús.