Los inescrupulosos de apoco se van dando cuenta de que la gestión municipal está de su lado. Ante la ausencia del estado municipal, cuyas únicas funciones desde el desembarco de Grindetti parecerían seres cobrar cuantiosos impuestos, mantener pulcra Lanusita y hacer dispendiosos gastos publicitarios que podrían confundirse fácilmente con campañas electorales. Llego a Lanús la modalidad de los falsos garajes.
La misma consiste en colocar portones que aparentarían ser una entrada vehicular, pero que en realidad no lo son, ponerles un cartel de prohibido estacionar y de este modo tener un acceso libre para poder dejar el auto sobre la vereda, complicando y en muchos casos impidiendo el tránsito peatonal.
Esta acción esta doblemente penada, por falsa reserva de espacio y por estacionamiento indebido. Ninguna de las dos se castiga en nuestro ámbito.
La foto ilustra un caso sito en la calle Las Piedras al 1200.
