Las confederaciones sindicales italianas CGIL, CISL y UIL han expresado una fuerte oposición al reciente desmantelamiento por parte del gobierno de javier mileide órganos fundamentales para la conservación de memoria histórica de la dictadura argentina. La declaración oficial de las tres siglas subraya la importancia de preservar estos lugares y documentos, esenciales para mantener viva la conciencia democrática en un país que todavía muestra las cicatrices de un pasado marcado por el terrorismo de Estado.
CGIL, CISL y UIL contra el desmantelamiento de instituciones por la memoria de la dictadura argentina
“Dada la fuerte vocación democrática de nuestras organizaciones y en el convencimiento de que es imprescindible luchar a nivel internacional, junto a la Organizaciones sindicales argentinascualquier ataque que pueda debilitar la democraciaconsideramos grave que si bien la herida de dictadura en argentina sigue abierta, el gobierno sigue debilitando algunas instituciones importantes que contribuyen a mantener viva la memoria de la dictadura», se lee en la nota.
Los sindicatos se centraron en particular en algunas decisiones recientes del gobierno argentinoque causan alarma no sólo a nivel local sino también internacional. Se hace referencia a los despidos masivos en Centro Haroldo Contiubicado enex-esmauno de los centros más conocidos de detención y tortura durante la dictadura, hasta drásticos recortes Registro único de víctimas del terrorismo de Estadoinstitución imprescindible para la documentación y reconocimiento de la violencia sufrida. Y a la reducción de recursos y personal de laArchivo Nacional de la Memoriacustodio de la valiosa documentación producida por la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas (conadep) desde 1984.
CGIL, CISL y UIL han expresado su total solidaridad con las organizaciones sindicales argentinas, que se enfrentan a un contexto de despidos masivos y reducciones salariales que están golpeando duramente a los trabajadores. personal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. En total, más de 2.500 trabajadores fueron despedidos, mientras que los salarios del personal restante sufrieron una reducción del 50 por ciento.
Las tres centrales sindicales subrayan que preservar los lugares de la memoria, como los antiguos centros clandestinos de detención, no es sólo una obligación moral sino una necesidad para garantizar que las nuevas generaciones puedan comprender y reflexionar sobre un pasado que no debe repetirse. El debilitamiento de estas estructuras representa, según la CGIL, la CISL y la UIL, «un grave ataque a los principios democráticos».
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Las organizaciones italianas exigen un compromiso concreto a nivel internacional para contrarrestar estas medidas y proteger las instituciones argentinas dedicadas a la memoria. “La lucha por la democracia y los derechos humanos no conoce fronteras”, concluyen, renovando el llamamiento a fortalecer la solidaridad global contra toda forma de represión y negación de la historia.