El ultraliberal presidente argentino Javier Milei deberá ser recibido el martes en la Casa Blanca por su aliado ideológico Donald Trump para sellar la ayuda estadounidense anunciada hace unos días, oxígeno tanto para la economía argentina como para su presidente, vapuleados a dos semanas de unas elecciones clave.
El Tesoro estadounidense anunció el jueves una ayuda financiera, en forma de un intercambio de divisas bilateral, conocido como «swap», por 20.000 millones de dólares, y una intervención estadounidense directa en el mercado cambiario, para comprar y sostener un peso bajo presión, aliviando las reservas del Banco Central argentino.
El anuncio numérico, que fue precedido a finales de septiembre por una promesa inicial de apoyo del Tesoro para hacer «lo que sea necesario», tuvo un efecto dinamizador sobre la moneda argentina.
Tras una caída la semana pasada, se fortaleció justo después del anuncio de Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, y continuó su subida el lunes: hasta 1.370 pesos por dólar al tipo de cambio oficial, frente a 1.490 el jueves, una ganancia de más del 8% en cuatro días.
La presidencia argentina no proporcionó detalles de la visita de Milei, que viajaba el lunes, más allá de una reunión seguida de un almuerzo de trabajo con Donald Trump.
Sin garantizar anuncios desde Washington, Javier Milei indicó este lunes en una entrevista radiofónica que «si se concluyen ciertas cosas, serán objeto de anuncios. De lo contrario, será para más adelante».
El apoyo estadounidense llega en un momento crítico para Javier Milei. Dentro de unos días, el 26 de octubre, se enfrenta a unas indecisas elecciones legislativas de mitad de mandato, que determinarán su margen de maniobra parlamentario, su capacidad de gobernar durante los dos años que le quedan de presidencia.
La incertidumbre vinculada a las elecciones -y a si se mantendrá o no el curso de austeridad de Javier Milei- había puesto a la economía argentina, la tercera más grande de América Latina, a merced de las turbulencias financieras de las últimas semanas.
– Otro «puente» financiero –
«Estados Unidos percibió este ataque contra Argentina, contra las ideas de libertad, contra un aliado estratégico, y por eso nos brindaron su apoyo», dijo Milei el lunes.
Para el economista y ex presidente del Banco Central Martín Redrado, se trata puramente de «una ayuda financiera, un nuevo puente», tras la ayuda del FMI en abril (préstamo de 20 mil millones), «que trae tranquilidad financiera de aquí a las elecciones».
«Pero Argentina no puede ir de puerta en puerta», cree, de ahí la importancia tras las elecciones «de armar un programa legislativo que aborde los problemas de producción y empleo», en un país con más del 40% de empleo informal, y donde el empleo formal dejó de crecer desde 2011.
Más allá de la probable empatía ideológica entre ambos presidentes, la prensa argentina se pregunta en los últimos días cuáles podrían ser las contrapartidas de la ayuda estadounidense.
¿Acceso privilegiado de los inversores estadounidenses a los recursos mineros argentinos, como el litio y el uranio? ¿Un alejamiento de China, el segundo socio comercial de Argentina (después de Brasil)? ¿Una relajación del régimen cambiario?
Javier Milei, en varias ocasiones, negó que Estados Unidos haya solicitado el fin del acuerdo cambiario ya existente entre Argentina y China -y renovado en 2024- a cambio del canje con Estados Unidos.
«Es falso, no lo pidieron. La razón por la que recibimos este apoyo es geopolítica», afirmó hace dos semanas.
«Estados Unidos ha decidido ser líder en el continente americano», insistió el lunes. Y en este contexto, “saben que somos un verdadero aliado, no por las circunstancias”.
La embajada de China en Argentina reaccionó este fin de semana a los comentarios realizados a Scott Bessent sobre las relaciones entre Argentina y China, afirmando que Estados Unidos «debe entender que América Latina y el Caribe no son el jardín de nadie» y «tienen derecho a elegir libremente a sus socios».
El viernes, la presidencia argentina anunció que la empresa estadounidense OpenAI, creadora de ChatGPT, firmó una carta de intención para construir un megacentro de datos para inteligencia artificial en la Patagonia, un proyecto de inversión de 25 mil millones de dólares.
