Emmanuel Macron rendirá el domingo en Buenos Aires un homenaje simbólico a las víctimas, especialmente francesas, de la dictadura militar argentina, antes de reunirse con el presidente ultraliberal Javier Milei, acusado de revisionismo en esta página oscura de la historia del país latinoamericano.
«No te hemos olvidado». Emmanuel Macron rindió este domingo en Buenos Aires un homenaje simbólico a las víctimas, especialmente francesas, de la dictadura militar argentina, antes de reunirse con el presidente ultraliberal Javier Milei, acusado de revisionismo en esta página oscura de la historia del país latinoamericano.
El presidente francés llegó a la capital argentina el sábado por la noche al inicio de una gira regional y ya sostuvo una cena de trabajo con su homólogo. Objetivo declarado: defender su posición de rechazo categórico, tal como está, al acuerdo de libre comercio que la Comisión Europea espera firmar a finales de año con el Mercosur, el bloque regional que incluye a Argentina y Brasil.
El tema es políticamente delicado en Francia, donde los agricultores se están movilizando de nuevo contra este tratado, y el presidente francés ha advertido que quiere «defenderlos» durante este viaje. Emmanuel Macron también quiere «enganchar» a Javier Milei al «consenso internacional» y a las «prioridades del G20» en el que luego participará el lunes y el martes en Brasil.
La tarea promete ser complicada, ya que el argentino es un admirador de Donald Trump, tentado, como el republicano que acaba de ser elegido presidente de Estados Unidos por segunda vez, a dar la espalda a varios compromisos multilaterales.
Argentina acaba de retirar su delegación de las negociaciones climáticas COP29 en Bakú y abundan las especulaciones sobre su posible salida del Acuerdo Climático de París. Un gesto que realizó el propio Donald Trump durante su primer mandato.
Antes de una nueva entrevista con Javier Milei en la Casa Rosada, el palacio presidencial, el jefe de Estado francés, acompañado de su esposa Brigitte, inició la jornada con su homenaje en la iglesia de Santa Cruz, lugar de memoria de la resistencia contra la dictadura ( 1976-1983).
“No os hemos olvidado”, dijo el jefe de Estado a los familiares de las víctimas. En diciembre de 1977, varias integrantes fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, que exigían información sobre sus seres queridos desaparecidos, fueron arrestadas, torturadas y asesinadas luego de reunirse en esta iglesia.
Entre las víctimas se encontraban las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, quienes fueron secuestradas y luego asesinadas en un «vuelo de la muerte» de la dictadura, arrojadas desde un avión desde el Río de la Plata.
En total, al menos 22 franceses figuran entre los muertos o desaparecidos de este período.
– Revisión revisada –
«Le agradezco su presencia», «especialmente en este momento», dijo el domingo al presidente francés uno de los familiares de las víctimas.
Otro le pidió «que los intereses políticos y económicos no nos hagan olvidar el ideal o (…) la esperanza de hacer justicia». Emmanuel Macron no es el primer líder francés que saluda la memoria de estas víctimas.
Pero el contexto ha cambiado desde que Javier Milei llegó al poder hace 11 meses. El presidente, y más aún su vicepresidenta Victoria Villaruel, de familia militar, son acusados de revisionismo por organizaciones de derechos humanos. Prefieren hablar de «guerra» contra las «guerrillas» de extrema izquierda que de «dictadura», para poner en perspectiva la responsabilidad del ejército.
Y no dudan en revisar el balance de la junta militar en el poder durante estos años: mientras que, generalmente aceptado, las organizaciones de derechos humanos reportan 30.000 muertos, Javier Milei menciona menos de 9.000 víctimas.
En julio, seis diputados del partido gobernante visitaron a Alfredo Astiz y a otros ex militares condenados por crímenes de lesa humanidad en prisión. El presidente Milei, sin embargo, se desmarcó de este gesto.
Astiz, un ex capitán de marina de 73 años, fue condenado dos veces a cadena perpetua en Argentina, en particular por el secuestro y desaparición de las monjas francesas. En Francia, fue condenado in absentia a cadena perpetua en 1990 por el mismo caso.
Los familiares de los franceses desaparecidos fueron recibidos a principios de noviembre por asesores del presidente Macron en el Elíseo. Pidieron al jefe de Estado que transmita a su par argentino su «preocupación» por la hipotética liberación de Alfredo Astiz.
«A estas alturas, no se cuestionan los procedimientos judiciales que llevaron a la condena de los responsables», aseguran los allegados de Emmanuel Macron, precisando que no quieren «inmiscuirse en la política interna argentina».