En Argentina hubo gran entusiasmo en la comunidad científica así como asombro e incluso tristeza entre la población por la muerte masiva de al menos 26 orcas de una especie extremadamente rara. El suceso ocurrido en Tierra del Fuego se considera sumamente inusual ya que no existen precedentes en la región y se conocen muy pocos casos similares a nivel mundial. El proceso comenzó con el descubrimiento de dos ejemplares del “ecotipo D”, una variante de orca muy rara. Fueron guardaparques provinciales que los descubrieron durante un patrullaje de rutina en Bahía San Sebastián, dentro de la Reserva Provincial Costa Atlántica. Este hallazgo inicial alertó al Centro de Investigaciones Científicas de la Antártida (CADIC-Conicet) y al Laboratorio de Investigación de Mamíferos Marinos del Sur (IMMA). Según el protocolo, un equipo de especialistas comenzó a reconstruir los hechos que provocaron la muerte de los animales.
A este primer descubrimiento le siguió otro unas semanas más tarde. La sorpresa de los investigadores se multiplicó cuando dos docenas más de ejemplares de la misma especie fueron encontrados varados en una zona de difícil acceso al norte del Golfo. Una de las hipótesis sugiere la muerte por causas naturales, como consecuencia de la desorientación provocada por las mareas o la particular geografía de la bahía. Otro factor natural que se está considerando es el cambio climático, que está alterando las corrientes, la temperatura y la disponibilidad de presas en el Atlántico Sur. También se está investigando la posibilidad de que la interferencia acústica de barcos o dispositivos de sonar haya afectado el sistema de ecolocalización de las orcas.
